10 de diciembre 2018
La importancia del arbolado urbano es mucho mayor que la belleza que pueden aportar a los lugares donde se encuentra: sus beneficios son más amplios, y entrelazan el bienestar de las personas, la eficiencia energética y el cuidado del medioambiente.
Es por eso que los árboles deben ser un derecho de los ciudadanos, que viene desde la planificación de las ciudades y que tiene como objetivo otorgar beneficios a escala humana y urbana.
Es importante destacar que los espacios urbanos arbolados deben relacionarse entre ellos más allá de los límites administrativos y socioeconómicos de una ciudad, porque así permiten la continuidad de recorridos y los flujos de personas.
El árbol y sus necesidades
Hay que recordar que los árboles son seres vivos y, como tales, para desarrollarse han debido adaptarse a condiciones ambientales y climáticas. Esto implica entender que la base de la planificación del arbolado urbano son las necesidades específicas de cada especie.
Algunas de estas exigencias fisiológicas son los requerimientos hídricos, temperatura ambiental y asoleamiento. De esto dependerá un crecimiento sano del arbolado y, con esto, podremos obtener todos los beneficios que son capaces de entregarnos.
Por otra parte, hay que considerar las características de los espacios donde se plantarán esos árboles, para hacer una proyección de qué especies pueden ser más exitosas y crecer mejor. En otras palabras, si escuchamos sus requerimientos… tendremos árboles felices.
Las condiciones físicas del entorno donde se van a plantar los árboles dicen relación con el espacio para desarrollo de las raíces, la altura de los edificios de la calle y su orientación con respecto al sol, entre otros factores.
Beneficios
La concepción contemporánea de la gestión del arbolado urbano tiene como visión el conjunto de árboles que forman el dosel vegetal o bosque urbano como unidad base. Entonces, considerando las características del árbol y su entorno, es posible desarrollar proyectos que nos permitan disfrutar los beneficios que el arbolado puede traer a sus habitantes:
Ecológicos:
Sociales:
Paisajísticos:
Económicos:
Mendoza
El árido clima de la ciudad argentina hace que, en los veranos, los termómetros se eleven por sobre los 30ºC. Si a esto se suma la gran oscilación térmica entre el día y la noche, la experiencia de permanecer en la zona se hace difícil.
Para mejorar estas condiciones de habitabilidad de los mendocinos se proyectaron grandes bóvedas o doseles vegetales, formadas por dos líneas paralelas de árboles. Así pudieron controlar las altas temperaturas y los asolamientos directos.
Estas estructuras vegetales son clave para mejorar las condiciones ambientales y microclimáticas del área urbana. Es decir, mediante esta cubierta verde, se busca entregar una mejor calidad de vida a sus habitantes. ¡Y vaya que sí lo logran!
Barcelona
En Barcelona desarrolló un Plan Director del Arbolado Urbano llamado Árboles para vivir, el que plantea aumentar en el 5% la superficie de la ciudad arbolada. Así, en los próximos 20 años éstos alcanzarían el 30% de la superficie urbana cubierta por árboles.
Además, busca asegurar que, dentro de la trama urbana, el 40% de las especies del arbolado sean adaptadas al cambio climático global. Para lograrlo, el Ayuntamiento de Barcelona ha definido estas 10 líneas estratégicas de acción para el desarrollo sostenible:
Infraestructura verde
La correcta planificación del arbolado permite que éste actúe como una infraestructura verde: un sistema que forma parte de los sistemas urbanos y que, mediante las diferentes lógicas de aplicación, es capaz de transformar los metabolismos de la ciudad, incidiendo en la vida de las personas y potenciando las biodiversidad.
Estos brazos verdes deben ser capaces de entrelazar a la ciudad entre sí, formando redes que contribuyan con las relaciones ecológicas y socioeconómicas de los lugares en donde se emplazan. También deben interactuar con su entorno como elementos de continuidad que potencien la biodiversidad urbana, dando alimento y cobijo a aves e insectos.
Este rol de nexo es clave para potenciar la calidad ecológica del territorio, integrando las zonas naturales con los entornos construidos y formando vínculos emocionales entre las personas y lo natural. ¡En Ciudad Sostenible apostamos por la biofilia!